El Autor - Entrevista

La historia surge ante mi necesidad de escribir sobre fútbol. Era algo que tenía pendiente, escribir un libro donde se hablase de fútbol y se describiese un partido. Inventé a los dos personajes centrales, el narrador y Sebastián, y empecé comentando su amistad futbolera. Poco a poco me di cuenta de que los personajes necesitaban una novela, y ahí empezó el conflicto. Quise tocar un tema que no suele tocarse mucho en la literatura juvenil, como es la homosexualidad. Por otra parte, aunque no fue mi intención, al ubicar el libro en un contexto escolar pude saldar otra deuda: hablar de un primer amor.

De todas maneras. Para mí la escritura es el modo de comunicación. Puedo también hablar muy bien sobre libros, ante auditorios grandes o pequeños. Pero soy incapaz de mantener una conversación lúcida en el mundo cotidiano. Soy más bien silencioso, sobre todo con personas a las que conozco poco.

Creo que la novela es, justamente, un intento de reformular la idea de la existencia de un orden pre-establecido. Yo sí creo que existe, pero no es el que la sociedad exige, sino una estructura que permite a los seres humanos a cumplir con su misión, con aquello para lo que han venido a esta vida. En ese sentido sí hay un orden, aunque invisible. Y una misión. No estamos aquí por nada.

El colegio fue una etapa horrenda para mí. Por eso escribí esta novela. Era un alumno tímido y solitario, que no soportaba la autoridad que ejercía arbitrariamente el director de mi colegio. Obvio que existían matones y “Serpientes” en mi colegio. En todos los grados. Había uno especialmente rufián en la camioneta donde me movilizaba. Odié el colegio porque representa una etapa de represión en todo sentido, poco incentivada por los profesores. Espero que algo de eso haya cambiado en estos años. He conocido profesores extraordinarios luego y la experiencia de mi hijo, de 9 años, es muy distinta a la mía.

Porque la sociedad está llena de hipocresía, de falsas verdades, de temores y represiones a todo nivel, en especial a nivel sexual. Para ello, se ha inventado una historia en la cual ser homosexual es ser un depravado, un libertino, un vicioso, un enfermo que, además, transmite enfermedades. No existe respeto por el otro. No existe modo alguno de conciliar con algo que resulta distinto.

Creo que lo has dicho mejor que yo. Tengo poco que agregar a eso. Y estoy de acuerdo, me gustan las novelas que no solo me hacen pasar un rato agradable sino que me obligan a pensar en mi vida y en el modo en que actúo. Debo añadir que, para mí, a título personal, la novela tiene un mensaje privado: el libre albedrío. Cuando uno sigue su deseo y su libertad (como es el caso de Sebastián) solo le espera la felicidad y el amor. A quien le da la espalda a eso, vive en la confusión y la tristeza, como es la vida del narrador (que espero se mejore con el reencuentro con Graciela).

Sí, una forma muy concreta de ayudar a que los jóvenes lean es darle libros que hablen de sus cosas. Pero ojo que también la fantasía ayuda. Creo que la mejor forma de inculcar el amor por la lectura es transmitiéndole al alumno, o a nuestros hijos, lo feliz que nos hace a nosotros leer. Si los profesores no son felices leyendo y más bien toman la lectura como una obligación (para ellos y para los alumnos) de nada servirá tener bibliotecas. Leer es un placer, leer lo que sea es un placer, y eso es lo que debe decirse siempre. Luego del placer vienen las preguntas.

No me parece mal que los jóvenes quieran escribir bestsellers. Quizá hasta lo hagan con talento. El único tip que puedo darle a alguien que quiere dedicarse a escribir, ya sea bestsellers u obras de culto, es que no se desesperen cuando escriben y cuando publiquen, y que jamás dejen de insistir aunque las cosas no les salgan bien. La persistencia es la clave.

Leí DRACULA de chico y me gustó. Aunque no soy muy fan de la fantasía. Creo que Crepúsculo es un buen producto, lo prefiero mil veces a los libros de auto-ayuda que me parecen un fraude.

Vladímir Nabokov.

Me gustaría escribir otra novela para jóvenes. Me siento muy bien escribiendo libros que tendrán respuestas inmediatas en el aula. Aunque seguro también tocaré un tema “discutible” porque creo que esa es mi forma de aportar a la literatura para jóvenes.

Nada, solo agradecerles por la entrevista y por la lectura. Saludos.